martes, 26 de octubre de 2010

El Kybalión y la construcción de conceptos científicos, contextualización.

A través de los siglos la humanidad ha vivido en una realidad mágica, espontánea y arbitraria, manejada por fuerzas que no conocía y a las que atribuía personalidad y características humanas. Todos los dioses del pasado y, hasta ahora, del presente, para las mayorías, son dioses con características humanas, que no son otra cosa que el reflejo de cada uno. Un dios a la medida de cada uno. Solo el budismo, el taoísmo y algunos pensadores cristianos pudieron elevarse por sobre ese dios antropomórfico y cosmogónico, creador del cielo y de la Tierra y responsable de todo lo bueno y todo lo malo.
Hoy, la ciencia, a través de la sistematización de la experiencia, ha llegado a una probada y categórica conclusión sobre estas creencias innatas: No existe ningún dios creador de nada del universo visible. El universo es como una máquina altamente compleja, funciona por sí mismo, en forma automática. Es cierto que lo de “máquina” es muy simple para referirse a la complejidad del universo, pero es más o menos así. 
Hoy los teólogos no debaten sobre si hay un dios detrás de los hechos naturales y humanos del universo en que vivimos. El dios que ellos conceptúan es abstracto, ni creador ni todopoderoso, más bien omnisciente e inmanente (alejado de la realidad física y por tanto imposible de probar y evidenciar) Incluso la fe y creencia en ese dios no es prueba, la fe religiosa (una consecuencia del sentido de significación que da nuestro cerebro a los acontecimientos) es un fenómeno neuronal resultante de nuestra evolución. Las denominadas “sanaciones milagrosas” son el resultado de mecanismos naturales de autosanación que tiene nuestro cuerpo; a veces realmente sorprendentes por un “fenómeno no lineal” que suele suceder en determinadas condiciones naturales muy particulares (extrañamente, en la biblia Jesucristo decía “tu fe te ha sanado” y no “dios te ha sanado” ¿acaso el Jesucristo bíblico e histórico ya sabía de algo de esto por medio de la filosofía griega esparcida por el Imperio Romano en esa época?)
Quizás, como mera especulación, la capacidad de autoorganización espontánea del universo, en condiciones de caos (atractor de  ) pueda ser considerada abstractamente como “dios”, pero las abstracciones teológicas están muy por encima de este fenómeno natural. La ciencia no puede decir todo lo que hay, pero puede determinar lo que no hay y ya llegó a la conclusión referida.
Pero en todo este largo y complejísimo recorrido de teorías y evidencias, muchos científicos están notando lo que se denomina “el ajuste fino del universo” Antes se pensaba que el universo era puro caos y azar, dónde la vida y su complejidad eran un hecho de buena suerte sin causa aparente, los fenómenos naturales no estaban vinculados y todo andaba por ahí suelto y sin relación alguna, esta visión del todo o cosmovisión aún sigue siendo muy aceptada en muchos círculos científicos.
A medida que los estudios avanzaron emergió otra visión, la de un universo que no era puro caos y azar, dónde los fenómenos naturales estaban relacionados entre sí y dónde era posible predecir futuros acontecimientos. En esta visión el universo funciona como una complejísima red de sistemas autoorganizativos gobernados por las mismas leyes constantes en todo el universo, lo cual hace que la evolución de los sistemas sea similar en todos ellos en distintas escalas y hacia similares formas y acontecimientos; esta visión es la cosmovisión o epistemología sistémica.
Es una epistemología sólidamente fundada en múltiples pruebas, a ella está vinculada una teoría muy rechazada pero fundada en la citada epistemología: La Teoría del Universo Holonómico u Holográfico, que especula con un orden o conciencia inmanente tras la realidad física (conceptuación filosófica muy similar a la teológica) Obviamente, por más evidente y sólida que se vuelva, tampoco esta teoría sirve para probar la existencia de un dios, ni mucho menos el dios o dioses que la mayoría de la humanidad imagina, exceptuando a los budistas y taoístas. Tal vez la creencia en un dios será al final algo netamente subjetivo, pero esta subjetividad no debe imponerse como verdad objetiva (dogma) a todos los seres humanos. Este razonamiento último garantiza la libertad de culto y reafirma a las religiones como un espacio de trascendencia subjetiva e íntima que da sentido a la vida de miles de millones, pero que bajo ningún aspecto sirve para explicar la realidad física que nos rodea.
El Kybalión
En el siglo XIX, la ciencia aún no podía llegar a conclusiones tan claras como en el siglo XXI, en la Europa de aquella época abundaba el joven espíritu nacionalista y antimonárquico; que era a la vez anticlerical por estar las iglesias cristianas muy vinculadas a la nobleza. A su vez, existía una curiosidad por las filosofías y religiones orientales. Si a ello se suma el redescubrimiento de la en ese entonces misteriosa civilización del Egipto Antigüo, llegamos a tener al Kybalión, una síntesis creada a partir de algunas enseñanzas ocultistas y mezcladas con conceptos científicos que empezaban a conocerse, como el magnetismo y la electricidad.
A pesar de lo abiertamente pseudocientífico del Kybalión, éste se fundaba en la filosofía de las formas, escuela de pensamiento seguida por las sociedades secretas originadas en la Masonería; que a su vez la heredaron de los constructores griegos del mundo antigüo; quienes a su vez la aprendieron de los constructores de Pirámides, de la casi olvidada escuela del conocimiento divino de Himoteph.
Desde antes de la escritura el ser humano se dio cuenta de la regularidad y relación que había entre los fenómenos naturales y determinados acontecimientos astronómicos, climáticos e incluso determinadas formas. Así nació la filosofía de las formas, resultante de un antiguo chamanismo intuitivo.
Hoy la sistémica científica permite retomar, profundizar y dar un sentido más racional y menos supersticioso a esta filosofía, para proyectarla como un principio de análisis que nos permita entender los fenómenos, para predecir más o menos (probabilísticamente) como se autoorganizarán los mismos. Ello a su vez sirve para elaborar estrategias y tomar decisiones en base a dichas probabilidades. No se trata ya de predecir el futuro, sino de preveer riesgos y de facilitar procesos deseados; que no es lo mismo que cambiar el futuro.
¿Cuáles Son Los Principios Sistémicos de Estrategias?
No se va a tratar de responder a la pregunta, solo se ofrecerán algunas posibles conclusiones que, como se hizo con el Kybalión, se expondrán en forma sintética y aforística. Más que ciencia, se trata de filosofía fundada en la ciencia.
Algunos posibles principios serían:
1-Causa-Efecto: Refiere a un fenómeno hartamente probado,  natural y visible en nuestra realidad a distintas escalas y fenómenos observables, salvo en el mundo de los cuantos subatómicos; dónde se debate y se investiga al respecto. Lo denominaron “causalidad” en el Kybalión.
Causa y efecto. Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo a la ley; la suerte o azar no es más que el nombre que se le da a la ley no reconocida; hay muchos planos de causalidad, pero nada escapa a la Ley.
2-Dialéctica: Refiere a una abstracción resultante del “choque” que se dan entre distintos procesos, objetos y sucesos contradictorios. El filósofo Enrique Dussel desarrolló la Analéctica o dialéctica positiva, abstracción que permite un análisis hacia lo que hoy se llama sinergia, que es lo contrario de la dialéctica. En el Kybalión lo llamaron “Polaridad” en relación al magnetismo, que se pensaba en el siglo XIX estaba presente en todos los fenómenos del universo.
Polaridad. Todo es doble, todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son medias verdades, todas las paradojas pueden reconciliars.
3- Correlación de Fuerzas: Refiere a un concepto resultante de la relación entre el observador y los objetos o sujetos observados. A partir de la posición de observación se determina si lo observado está en dos únicos posibles estados: Estático o dinámico, pasivo o activo, lo que en el Kybalión se denominó “principio de género” por influencia de la filosofía griega y un claro antropocentrismo. En todos los procesos y fenómenos siempre hay elementos dinámicos y estáticos, poderosos y débiles, hegemónicos y marginales, femeninos y masculinos (antropomorfismo) en relación a una posición de observación. En ciencias sociales, la posición de observación concensuada es la de los Derechos Humanos Biocentristas y Equitativos. 
Generación. La generación existe por doquier; todo tiene su principio masculino y femenino; la generación se manifiesta en todos los planos. En el plano físico es la sexualidad.
4- Armonía y Equilibrio: Refiere a un concepto que genera una clase de abstracciones que llevan a tratar de determinar el sistema de relaciones organizadas que permiten que un fenómeno observado desarrolle sus características con poco o nulo daño (destrucción) a sí mismo y al medio que lo rodea. Una sociedad humana en armonía y equilibrio con el medio natural que la rodea es una sociedad ecológica.
 5- Ubicuidad y Oportunidad: Refiere al concepto de que, sistémicamente, siempre existe un momento y un lugar para que un determinado proceso acontezca. Ningún proceso o fenómeno es absolutamente imposible, solo puede llegar a ser absolutamente improbable, salvo que se determine la ubicuidad y oportunidad para producirlo. Ejemplo: La revolución cubana de 1959, proceso que no se pudo volver a repetir en Latinoamérica nunca más; salvo por otros métodos que hacen a otro tipo de revoluciones.
6- Ciclicidad: Refiere a un fenómeno bien conocido. El universo se desarrolla en ciclos que se repiten genéricamente y son distintos específicamente. En el Kybalión lo llamaron “principio de ritmo”. En la humanidad, desde la instauración de la democracia y el humanismo, la ciclicidad ha dado a una línea de progreso y cambios dominados por la Modernidad. Hoy se plantea la superación de esa modernidad, que obviamente se hará bajo la influencia de la ciclicidad del universo, evidenciada por las estaciones climáticas en nuestro planeta.
Ritmo. Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso, todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha, es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación.
7-Fractalidad: Refiere a un fenómeno que genera un concepto y abstracciones, que a su vez permiten prever que objetos y sucesos menores tenderán a repetir las formas y dinámicas de otros objetos y procesos mayores que contienen a los primeros. Ejemplo: La galaxia tiende a repetir la forma circular de un sistema planetario y este a la forma circular de un átomo. En el Kybalión lo llamaron “principio de correspondencia”.
Correspondencia. Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba. Afirma que este principio se manifiesta en los tres Grandes Planos: El Físico, El Mental y El Espiritual
8-Ondulación: Refiere a un fenómeno que aún se sigue investigando: La dinámica del universo estaría reglada por la función de onda, es decir, nuestra realidad es como una suma de ondulaciones o vibraciones. Desde la luz hasta los terremotos, pasando por los procesos sociales, este principio es observable científicamente. En el Kybalión lo llamaron “principio de vibración”
Vibración . Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra.
9- Sinergia: Refiere a un fenómeno cuya conceptuación sigue construyéndose al momento de esta redacción. La sinergía es cuando los fenómenos y procesos, cuyas armonías son relacionables, se integran generando un nuevo fenómeno que es más que la simple suma de los fenómenos anteriores, es el fundamento de la complejización; la aparente orientación que tiene la evolución de los seres vivos. La sinergia no es posible entre fenómenos que no tengan un nivel de equilibrio y armonía necesarios. No hay sinergía entre un depredador y su presa ni entre un parásito y el ser vivo del que se alimenta, pero sí en el mutualismo entre el pez rémora y un tiburón.
10- Inversos por Desequilibrios: Refiere a un concepto, el de que se obtienen resultados inversos a los proyectados en fenómenos y procesos desequilibrados. El de “dar bien para recibir mal” que se advierte con el aforismo “no den rosas a los cerdos, no sea que se las coman”. En política, es lo que le sucedió al sionismo, que fue derrotado militarmente en las guerras de 2006 y 2009 no por falta de superioridad armada, económica y propagandística, sino por ser una ideología profundamente desequilibrada en relación a las nuevas corrientes humanistas que se están desenvolviendo en el mundo. Todo proceso ideológico revolucionario debe generar una fase de equilibración y difusión mínima de su ideario en el entorno social y cultural,  para poder emprender una avanzada de cambios políticos, sociales, económicos y pedagógico-culturales; ser radical pero no sectario ni dogmático. Los inversos por desequilibrio son las sinergias mal proyectadas que resultan en catástrofes disgregadoras de elementos. Las sinergias se vuelven recesivas y caen en la degradación de la decadencia de las civilizaciones, como le sucedió al capitalismo global a finales de 2008. Este concepto da cuenta que las doctrinas gnósticas son esencialmente falsas
11- Fluidez: Refiere a un concepto que se realiza cuando el o los observadores de los fenómenos y sus procesos entienden como actuar ante los cambios de la realidad, que se rigen por los principios ya citados. La Fluidez, como filosofía, es muy atendida en el Taoísmo, el Zen o Chang y en los ejercicios meditativos como el Tai Chi Chuan, Chi Kung y Yoga.
12- Integración: Refiere a un concepto que es la suma de todos los principios estratégico-filosóficos anteriores y determina el estado de conciencia que un observador obtiene al ubicarse estratégicamente según lo ya expuesto. En el Kybalión lo llamaron mente, conciencia o unidad y hacía referencia a algún tipo de dios no del todo entendido por ser demasiado esotérico, pseudocientífico y deforme. Puede considerarse también como una sugerencia de la relatividad de las verdades y los conceptos como formas de concenso, la realidad como nos la explicamos es lingüística y creada a través del lenguaje, en la naturaleza el frío, la oscuridad o los números no existen por sí, sino que son conceptos creados a partir de cómo los humanos entendemos o percibimos la realidad.

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